La llegada de los meses de verano traen consigo piscinas, playas y escenarios donde el cuerpo queda al descubierto. Un caldo de cultivo que, según expertos, aumenta el índice de Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA), una epidemia en alza entre los adolescentes Desde la clínica especializada Eática, nos cuentan cómo detectar, prevenir y cuidar un problema que sufre, en silencio, un gran número de jóvenes y también sus familias.
Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) se han convertido en una grave epidemia de salud mental entre nuestros adolescentes. Eātica, una clínica especializada en el tratamiento de estos trastornos y con amplia experiencia en el campo, nos brinda una comprensión más profunda del sufrimiento que experimentan las personas y familias que los enfrentan.
Los TCA son un grupo de trastornos mentales que se caracterizan por una conducta alterada hacia la ingesta de alimentos, con el objetivo de controlar y/o lograr un peso anormalmente bajo, además de pensamientos erróneos relacionados con la dieta, el peso o la figura. Estas ideas y comportamientos pueden dar lugar a graves problemas físicos, psicológicos y sociales en el individuo.
Las emociones tienen una estrecha relación con la comida en estos casos. Miedo, culpa, ansiedad, impulsividad y dolor son algunas de las emociones desagradables que acompañan a los pacientes en sus ingestas diarias. En cualquier manifestación de estos trastornos en aumento, se establece una relación tóxica con la comida, convirtiéndola en una herramienta para dañar el propio cuerpo y la mente.
El enfoque de Eātica es comprender el origen de este sufrimiento y el papel que desempeña la difícil relación del paciente con su cuerpo en su vida cotidiana y en la forma de enfrentar y resolver problemas. La etiología de los TCA es compleja y su tratamiento también lo es, ya que involucra factores de vulnerabilidad, factores precipitantes y factores de mantenimiento.
Entre los factores personales más determinantes se encuentran el perfeccionismo, baja autoestima, dificultades en las relaciones sociales y sesgos cognitivos, que afectan, entre otros aspectos, la percepción de la imagen corporal. Además, hay factores familiares, sociales y genéticos que también juegan un papel importante.
Eātica aborda estos trastornos con un enfoque interdisciplinario, involucrando a la familia y amigos del paciente, así como un equipo profesional dedicado. Además, se brinda apoyo a través del trabajo activo del grupo de pacientes, en un ambiente cálido, amable, cuidado e innovador.
Eātica es un centro en Barcelona dedicado al cuidado y superación de los TCA, conformado por un equipo interdisciplinario que trabaja unido desde hace 15 años. Su principal objetivo es brindar apoyo y protagonismo al paciente y su familia durante el tratamiento, comprometiéndose en aliviar y mejorar la vida de aquellos que padecen estos trastornos.
Los comentarios sobre el cuerpo; un aspecto clave
Las opiniones centradas en el aspecto físico dirigidas a los adolescentes pueden poner en riesgo el desarrollo de Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), advierte Eātica, una clínica especializada en el tratamiento de estos trastornos. Es importante ser consciente de que los comentarios sobre la apariencia y el peso, ya sea en círculos sociales, redes sociales o medios de comunicación, son factores frecuentes que pueden desencadenar un TCA, especialmente durante la adolescencia y las etapas tempranas debido a la vulnerabilidad en este momento vital.
La adolescencia es una etapa compleja, marcada por rápidos y significativos cambios corporales, donde la búsqueda de aceptación y aprobación social es fundamental para la construcción de la autoestima y la satisfacción personal. Por esta razón, los comentarios negativos sobre el cuerpo, la excesiva atención en aspectos estéticos e imágenes ideales, pueden generar una profunda insatisfacción y llevar a la adopción de conductas de riesgo, como dietas injustificadas y otras prácticas peligrosas, que pueden culminar en un TCA.
Desde Eātica, hacen un llamado a educar en el respeto hacia el propio cuerpo y en la apreciación de la diversidad corporal, destacando el valor de la persona más allá de su apariencia física. Se muestran críticos con los mensajes en redes sociales y medios de comunicación que promueven un único modelo de estética corporal femenina, mostrando imágenes de perfección inalcanzable.
Es fundamental fomentar una autoestima basada en aspectos más amplios que la imagen corporal y valorar otras cualidades significativas, como habilidades sociales, familiares y laborales, entre muchas otras, que realmente constituyen la base de una autoestima sólida.
El cuerpo de otra persona no es un tema sobre el cual sea adecuado opinar o valorar únicamente bajo criterios estéticos. Por lo tanto, aprender a respetar, valorar y amar nuestro propio cuerpo es una pieza clave en el tratamiento y prevención de los TCA.
Además, se enfatiza que no se debe saludar a un adolescente resaltando únicamente su aspecto físico por encima de otras cualidades. Frases como «Qué guapa estás, qué delgada» pueden ser ofensivas y causar un gran daño emocional. Es fundamental centrarse en otras cualidades y características positivas al interactuar con los adolescentes.