Esta es una pregunta que se hacen muchas mamás. Cuando el bebé cumple los dos meses o empieza con el proceso de crecimiento de sus dientes, el pequeño se convierte en una máquina de hacer babas y por más que le secas la barbilla, muy pronto la tiene mojada de nuevo. ¿A qué se debe y qué podemos hacer ante este excesivo babeo? Paula Camarós, matrona colaboradora con Lansinoh España, nos cuenta qué lo causa, cómo remediarlo o las formas de combatir sus efectos. www.lansinoh.es
No hay que preocuparse, el babeo es una etapa normal aunque a veces demasiado larga, pero termina pasando. Lo único que podemos hacer es mantener seco al bebé en la medida de lo posible y tener paciencia: “Que nuestros pequeños babeen es un hecho muy normal, generalmente se debe a que aún no dominan la acción de tragar, excepto cuando mama, y cuando acumula demasiada saliva en la boca, esta termina cayendo y empapándolo todo. Otro motivo de este babeo ocurre en el momento que salen los dientes, antes de que empiecen a asomar por fuera las encías, los bebés ya notan que algo raro pasa en su boca, comienza el dolor y para intentar calmarlo, mueven la lengua de un lado para otro sobre las encías, metiendo sus manos en la boca o utilizando mordedores” – nos explica Paula Camarós, matrona que colabora con Lansinoh España, empresa especializada en maternidad y lactancia.
Además, la alimentación también influye en la segregación de saliva. Cuando el bebé ha cumplido los seis meses, la OMS recomienda que se comience a introducir nuevos alimentos en su dieta, nuevos sabores que harán que se activen sus glándulas, causando que produzca mucha más saliva. Entre los problemas o consecuencias que puede provocar este babeo constante están la irritación en el cuello, barbilla, pecho y hasta en el culete, debido a que en el proceso de dentición, la saliva se vuelve más ácida y puede modificar el pH de la orina, provocando escozor.
“Incluso si el pequeño pasa mucho tiempo con la zona humedecida, pueden aparecer hongos y además se puede resfriar por el hecho de coger frío o tener muchos gases debido a todo el aire que traga” – nos aclara Paula Camarós.
Remedios contra el babeo
Lamentablemente, el babeo no podemos frenarlo pero sí seguir una serie de pautas para que no sea un problema aún mayor. Por ejemplo, mantener siempre la barbilla del bebé seca y que no termine mojando su ropita o pringando sus manos: “Lo ideal es utilizar material de algodón ya que su piel es muy sensible y propensa a irritaciones, eczemas o alergias. Es muy útil también la crema de lanolina, que calmará la zona”.
Otra manera de impedir que las babas inunden su pecho es la llamada “bandana babero”, una especie de pañuelo que va anudado al cuello o cuyos extremos están cosidos, y que cumple la función de “quitababas”: “Debemos fijarnos en que la bandana sea de algodón orgánico para evitar esas rojeces y escoceduras, y que tenga una membrana impermeable o al menos, bastante gruesa, que evite que el líquido traspase y que el bebé se enfríe”.
¿Cuándo dejará de babear?
Cada bebé es un mundo, pero a veces ocurre que tras cumplir el año el babeo del bebé disminuye notablemente, puesto que ya va controlando la acción de tragar. Otro punto clave pueden ser los 18 meses, que es cuando acaba el periodo de la dentición, pero no en todos los pequeños ocurre igual.
Algunos niños dejan de babear a los dos años: “Si notas que la salivación es desmedida, consulta al pediatra. El bebé podría padecer sialosis (el efecto directo de esta enfermedad es el exceso de saliva). Y si se alarga demasiado en el tiempo, podría significar que hay algún problema en su sistema nervioso, por lo que deberíamos estar pendientes si no conocemos la causa del alargamiento del babeo, si existe fiebre o dificulatad para respirar o si nos preocupa que se pueda ahogar o que tenga nauseas” – nos advierten desde Lansinoh España.