Románticos, recuperemos el papel, volvamos a imprimir recuerdos y a escribir historias.
Flyers del bar de turno que ya cerró, fotos reveladas de una época muy distinta (ya lo dice tu peinado), las tarjetas del primer contacto de trabajo, el póster que mangaste en aquel concierto y el catálogo de tu hotel de vacaciones, cartas (porque sí, hace no tanto escribíamos cartas) y ese fanzine de cuando eras una grupie. Tocar los recuerdos, eso es lo que nos permite el papel, guardarlos sabiendo que los podremos volver a leer, que los llevaremos como amuleto encima o los esconderemos en la cápsula del tiempo. Nada tan sencillo tuvo nunca un poder tan grande. Así que no, el papel no ha muerto ni estamos dispuestos a que lo haga.
En la era de las pantallas mucho se habla del papel. Algunos vaticinan un adiós próximo y definitivo. Nosotros creemos que no, que eso es imposible. Es más, nos negamos rotundamente a que suceda, y conste que te lo decimos desde una revista digital. Pero lo cortés no quita los valiente y por eso seguimos imprimiendo recuerdos, con ayuda, claro. Y es que hemos descubierto HelloPrint España, un aliado en esta cruzada.
Contra viento y marea este equipo de profesionales de la impresión y las artes gráficas imprime todo lo que queramos, para que atesoremos los recuerdos del futuro o para materializar el presente. Porque, más allá de las nostalgia, sigue existiendo esta necesidad de mantener tangible lo que la tecnología ha hecho intangible. Un libro, una revista, un fanzine (porque han vuelto y los queremos en nuestra vida) o el hecho de dar una tarjeta de visita bonita que el receptor aprecia y guarda en su cartera, casi como un detalle de quien la da. Y decimos “bonita”, porque la estética es otro aval; lo que hay en papel tiene que entrar por los ojos y en HelloPrint tienen montones de plantillas muy fáciles de personalizar. No hay que ser un lumbreras, basta con tener un poco de ojo e ir trasteando en busca del diseño perfecto para ti o para tu trabajo.
Porque el papel no es papel, el papel es tesorero de recuerdos, receptor de sueños, contador de historias, emprendedor de trabajos y una forma de comunicación que vuelve a estar de moda. Llámanos románticos pero hay que ver lo que nos gusta.