Todos los tesoros que guarda el hotel boutique Palacio Vallier en el centro de Valencia

El Hotel Palacio Vallier es la joya del grupo hotelero MYR Hotels, un establecimiento de cinco estrellas situado en un palacete del siglo XIX en la zona más bella del casco antiguo de Valencia. Durante la rehabilitación del edificio se descubrieron los restos de una perfumería romana del siglo III, un hallazgo excepción que dota de un encanto único a este hotel que puede presumir de tener las mejores suites de la ciudad.

El Palacio Vallier, con categoría cinco estrellas, fue inaugurado en otoño de 2019. Este hotel boutique de lujo está situado en la Plaza de Manises, uno de los emplazamientos más céntricos de Valencia, que lo convierte en vecino de edificios tan ilustres como el Palau de la Generalitat, la Diputación de Valencia o la mismísima Catedral.

El concepto de su diseño se basa en la búsqueda de un estilo atemporal respetando los elementos originales de la construcción decimonónica. Con esta idea, la decoración barroca se fusiona con detalles inspirados en el movimiento artístico del Art decó en una mezcla de colores cálidos y naturales que se combinan en una sintonía perfecta. 

Un edificio con historia

El Palacio Vallier fue mandado construir por Francisco Royo y Salvador, un rico hacendado que compró la antigua Casa Bailia, que funcionaba como Archivo, y una vivienda anexa para levantar su residencia habitual. Símbolo de su poder económico, el empresario decidió ubicar su palacio en una localización inmejorable, cerrando el lado oriental de la plaza de Manises.

En 1883 comenzaron las obras que fueron encomendadas al arquitecto Salvador Monmeneu quien eligió un estilo ecléctico y señorial para dar vida al nuevo residente de la Ciutat Vella.

Después de servir durante años como residencia particular, durante el siglo XX el edificio tuvo diferentes usos debido, en gran medida, a su céntrica ubicación. Con el estallido de la Guerra Civil se convirtió en sede del Tribunal Supremo, en los años 70 se transformó en Casa Americana y en la década de los noventa acogió instalaciones de la Diputación de Valencia. Finalmente, con la llegada del nuevo siglo, el palacio vivió su última reforma para transformarse en establecimiento hotelero.

Una decoración inspirada en los años 30

La reconversión del edificio en un hotel de lujo se ha realizado con la premisa de conseguir una elegancia serena. El trabajo comenzó con un análisis calmado y detallado de los elementos estructurales originales para definir un concept design basado en las geometrías perfectas siguiendo el estilo de todo un icono, la diseñadora Coco Chanel. 

Hall del hotel Palacio Vallier

Volúmenes definidos, texturas naturales y detalles decorativos viajan a lo largo de la historia y los elementos originales del siglo XIX se actualizan a la estética contemporánea pero deteniéndose en el movimiento Art decó valenciano con una exquisita revisión de los principios que definieron el modernismo de los años 30 en la ciudad.

La bienvenida al espíritu del hotel nos la ofrece su fachada exterior de cinco pisos que ha sido absolutamente respetada preservando su configuración original. Tiene un revestimiento pintado en un tono reposado y neutro donde se han destacado los ornamentos y dinteles con un contraste en color blanco. Finalmente, en la cubierta se han recuperado los florones originales y los remates en forma de piñas.

Fachada del hotel a la Plaza Manises

Este patrimonio de la ciudad sigue siendo tratado con esmero cuando cruzamos el umbral de su puerta. En el interior se ha mantenido el respeto por la esencia histórica de los elementos originales pero incorporando los últimos adelantos tecnológicos para conseguir el máximo nivel de confort y lujo a los huéspedes. Un ejemplo son los muros de carga de ladrillo macizo o las vigas de madera que, no solo se han conservado con su aspecto original, sino que se han dejado a la vista como elementos decorativos.

Destaca en la ambientación su concepto cromático con una paleta de colores donde el blanco, el negro y el dorado son utilizados para romper con el eclecticismo señorial original. Para conseguirlo, se han remarcado las líneas y trazas de la arquitectura del siglo XIX con líneas negras que enfatizan arcos, molduras y cornisas. Buscando un diseño sofisticado pero sobrio, amable y atemporal, a esta gama cromática se le combinan materiales textiles y piedras jugando con diferentes texturas y mezclando colores naturales con materiales nobles.

Además de por el color y los materiales, el espacio queda ordenado gracias al uso de muebles en los que se han mezclado marcas internacionales con obras surgidas de talleres artesanales valencianos. Entre estos elementos destaca en la escalera principal una exclusiva lámpara Lladró con un efecto lluvia de fibra óptica de 18 metros de altura y 200 figuras de hadas.

Lámpara exclusiva de la firma Lladró

Sus exquisitas habitaciones

El Hotel Palacio Vallier cuenta con un total de 31 habitaciones de distintas categorías, cada una con el encanto especial que aportan sus 150 años de historia, pero armonizadas con el espíritu general del establecimiento con un denominador común: elegancia, calidez, lujo y confort.

Todas las habitaciones son exteriores y cuentan con balcones que captan la famosa luz mediterránea y permiten disfrutar de las vistas al tesoro arquitectónico que rodea al hotel. Mantienen el ambiente exclusivo con una decoración barroca y detalles de inspiración Art decó pero logrando espacios sobrios en los que el protagonismo recae en la luz natural, los colores neutros y la calidez de materiales nobles.

Las suites y habitaciones ofrecen un equipamiento de lujo con suelos cerámicos y baños revestidos con mármol de Carrara, procedente de Italia y cortado y colocado en forma de libro, donde se ofrecen de forma exclusiva amenities de la famosa firma Guerlain.

Dentro de las habitaciones destaca su Suite Presidencial que posee unas inmejorables vistas a la Plaza de la Virgen y donde se conservan los suelos originales de mármol y la carpintería interior, reflejo perfecto de la artesanía tradicional local. Sin embargo, el elemento que más llama la atención es su bañera exenta, herencia del carácter hedonista que poseían este tipo de palacios en sus orígenes.

Habitación del Hotel Palacio Vallier

Otra de sus habitaciones más aplaudidas es la 404, una habitación doble ubicada en el ático del edificio que destaca por un diseño que se adapta a este singular espacio. Techos abuhardillados, paredes de ladrillo, vigas de madera y un mobiliario diseñado a medida para adaptarse a las diferentes alturas, la convierten en la habitación más cálida y original de todas las ofertadas por el hotel.

Habitación situada en el ático del edificio

La Suite Lladró

El antiguo salón de baile del palacio ha sido reconvertido en la suite más especial del hotel que puede ser utilizada como habitación o como espacio para realizar celebraciones privadas en un privilegiado escenario barroco de paredes enteladas, rosetones, molduras y presidido por la antigua chimenea original de madera oscura.

Suite Lladró del Hotel PalacioVallier

La gran sorpresa se encuentra en su techo, un firmamento de artesonados barrocos que han sido restaurados en colaboración con un taller especializado en escayola histórica devolviéndole su esplendor original en colores pastel.

El nombre de la suite le viene dado por la famosa casa de porcelana valenciana Lladró que selecciona piezas de su colección expresamente para decorar este espacio.

«La Perfumería»

Al comenzar la rehabilitación de edificio para adecuarlo a su uso como hotel y restaurante, se encontraron restos romanos de una perfumería siglo III con pavimentos, restos de pinturas murales y fragmentos de las botellitas de vidrio que se utilizaban para enfrascar los perfumes que allí se fabricaban.

Como homenaje a su pasado más antiguo, el restaurante fue bautizado como «La Perfumería» y en él se respetan los elementos originales que se mezclan con elementos contemporáneos consiguiendo un entorno atemporal.

Lladró Lounge Bar

El bar del Hotel Palacio Vallier está inspirado en la atmósfera de las coctelerías americanas de los años 30, manteniendo el gusto por esta década que se repite a lo largo de todo el establecimiento. Se ha diseñado junto a la firma Lladró que, además de dar nombre al espacio y a uno de los cócteles de la carta, ha decorado el espacio con una selección de sus obras de porcelana.

Interior del Lladró Lounge Bar

Su rooftop

Todavía nos queda una sorpresa en la parte superior del palacio donde se halla una agradable terraza solárium decorada con una exótica vegetación y rodeada de un magnífico horizonte presidido por el Palacio de la Generalitat y el resto de cúpulas, campanarios y tejados del casco histórico de Valencia. 

Sus más de 100m2, con vistas panorámicas de 360º, es el entorno ideal para tomar algo mientras se disfrutan de los amaneces y puestas de sol de la capital del Turia. 

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