Cuando llega el otoño, nuestro cabello cae de manera variable afectando por igual a hombres y mujeres, un proceso que también va en aumento según nos vamos haciendo mayores. También afecta el estrés diario, una mala alimentación, los problemas emocionales, hormonales o incluso cierta dejadez en nuestro aseo e higiene personal. Tanto David Lesur, de los salones David Künzle como Víctor López, de la firma cosmética California Mango, nos cuentan cómo frenar la caída, qué hacer una vez comenzada y cuáles serían los tratamientos y productos más indicados.
En otoño, la caída del cabello se acentúa, aunque no es nada grave ni irreparable, solamente supone una dura etapa que va de 4 a 6 semanas en la que luego, el cabello vuelve a la normalidad: “Todo depende del estado actual de nuestro pelo, si la densidad tiene tendencia a bajar demasiado con los años, o si todo sigue igual. Esto lo podemos comprobar pasando los dedos entre los cabellos y apretando desde el cuero cabelludo hasta las puntas, para después repetir la operación sobre toda la cabeza. Si hay menos de 10 pelos, todo está en orden, más de 10 estás empezando el proceso de caída y más de 15 estás en el momento crítico y hay que tratar sí o sí” – afirma David Lesur, director de formación de los salones David Künzle en Madrid. Hay que saber que cuando se cae el cabello, éste lleva “muerto” ya varias semanas: “Lo mejor es intervenir lo antes posible, para no dejar que se instale y enquiste el problema, por ejemplo, con algún tratamiento anticaída con aminexil, que previene la rigidificación del colágeno, reforzándolo y eso genera más anclaje del cabello en el cuero cabelludo”.
Otro consejo de David Künzle para evitar esta caída, es la prevención y lavado: “Mucha gente tiene miedo a lavarse el pelo regularmente por temor a este problema o a que pierda consistencia, brillo, etc. Cada cabello es distinto y requiere de unos cuidados adecuados a sus condiciones, pero no debemos pecar ni por exceso ni por defecto”. Lesur es un firme defensor de los champús y otros productos destinados a la caída y su uso habitual, así como mantener unos buenos hábitos alimenticios o saludables, incluyendo la actividad deportiva, para mitigar el problema: “Tenemos que saber qué champú es el más indicado para nuestro cabello, que no irrite, pique o si este es graso o más seco, y en función a esto, también cuántas veces debemos lavarnos la cabeza. Si hablamos de factores ajenos a los tratamientos de peluquería, una correcta alimentación rica en zinc, vitamina B12, frutos secos como almendras o nueces o los betacarotenos de las zanahorias, calabaza, papaya, etc… pueden ayudar y mucho a su tratamiento, cuidado y regeneración”.
Víctor López, del grupo TH Cosméticos que distribuye en España la firma americana California Mango, recomienda especialmente aquellos champús que no tengan sulfatos para que el daño sea menor: “Los sulfatos son altamente irritantes y responsables de que la coloración sea mucho menos duradera, lo que también incide en la caída capilar. Además, alteran la secreción de sebo y eso genera más caspa y picor. Los champús sulfate free son fácilmente reconocibles porque no generan espuma y no suelen oler salvo a frutas, flores o plantas en algunas marcas”. Algunos champús recomendados para la caída del cabello son Onlys Botanic Shampoo de Alterlook, que cuenta con hasta un 70% de aloe vera y que repara, nutre e hidrata, el champú sin sulfatos de Dalire con extracto de cebolla y pomelo, el especial anticaída de Montbrun a base de agua termal, arándano, té verde y rosa bio, o el reparador de quinoa de Fabiola Organic Care, que contiene aminoácidos, proteínas, vitaminas y minerales para su protección de los agentes externos.